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Sexo con el otr@: la (verdadera) intimidad

Hagas lo que hagas, hazlo meditativamente y con totalidad –incluso el sexo. Es fácil concebir cómo estar enfadado a solas; pero también puedes crear una orgía solo, meditativamente. Y algo ti cambiará después de ello.

Con el otro, la sociedad está presente porque el otro está ahí, y es muy difícil estar tan profundamente enamorado que puedas sentir como si el otro no estuviera.

Eso es la intimidad: estar con tu amado o con tu amada en una habitación como si estuvieras solo, sin ningún temor hacia el otro; entonces puedes adentrarte en el sexo totalmente. De otro modo, el otro es una presencia inhibidora, te está mirando.

Cuando el otro está presente, te está mirando: <<¿Qué estás haciendo?>>. Y te han enseñado a no hacer ciertas cosas… Te inhibe; no puedes ser total.

“Eso es la intimidad: estar con tu amado o con tu amada en una habitación como si estuvieras solo, sin ningún temor hacia el otro; entonces puedes adentrarte en el sexo totalmente.”

Si hay verdadero amor, entonces puedes comportarte como si estuvieras solo. Y cuando dos cuerpos se vuelven uno, tienen un solo ritmo; desaparece la dualidad y el sexo puede liberarse completamente.

Algunas veces el sexo es la cosa más hermosa, pero solo algunas veces. Cuando el encuentro es perfecto; cuando los dos se vuelven un solo ritmo; cuando su respiración se ha vuelvo una y su prana fluye en un círculo; cuando los dos han desaparecido completamente y los dos cuerpos se han vuelto una unidad; cuando lo negativo y lo positivo, lo masculino y lo femenino, dejan de existir, entonces el sexo es el fenómeno más hermoso.

Sucederán dos cosas: la sexualidad desaparecerá y el sexo permanecerá; pero la sexualidad desaparecerá completamente. Y cuando haya sexualidad, el sexo es divino. Cuando no hay ansiedad mental, cuando no piensas acerca de ello, cuando se convierte en una simple implicación –un acto total, un movimiento de todo tu ser–, es divino. Primero desaparecerá la sexualidad, y tal vez luego el sexo. Porque una vez que conozcas la esencia profunda de ello, puedes penetrar en la esencia sin sexo.

Primero desaparecerá la sexualidad, y tal vez luego el sexo. Porque una vez que conozcas la esencia profunda de ello, puedes penetrar en la esencia sin sexo.”

Pero todavía no has conocido la esencia profunda, ¿cómo esperas alcanzar la esencia? El primer vislumbre llega a través del sexo total; una vez que lo has conocido, el camino puede recorrerse de diversas formas: simplemente mirando una flor puedes vivir el mismo éxtasis que cuando te fundes con tu amada o tu amado.

Una vez que conoces el camino, sabes que está en ti. La esposa o el esposo solamente te ayuda a conocerlo, y tú le ayudas  a él. ¡Está dentro de ti! El otro solamente lo provoca: es un estímulo, una ayuda para que conozcas algo que siempre ha estado en ti.

El sexo es la fuente de la creatividad. La divinidad lo utiliza para la creación. La sexualidad es como la envidia, como la ira, como la codicia: siempre es destructiva. El sexo no lo es, pero no conocemos el sexo puro; solamente conocemos la sexualidad.

La persona que suele mirar imágenes pornográficas, o que va a ver una película de orgías, no busca sexo: busca sexualidad.

El sexo es la fuente de la creatividad. La divinidad lo utiliza para la creación. La sexualidad es como la envidia, como la ira, como la codicia: siempre es destructiva. El sexo no lo es, pero no conocemos el sexo puro; solamente conocemos la sexualidad.

El sexo transferido a la cabeza es sexualidad; pensar acerca del sexo es sexualidad. Vivirlo es algo muy distinto, y si puedes hacerlo irás más allá de ello. Cualquier cosa vivida totalmente te lleva más allá; así que no le tengas miedo a nada. ¡Vívelo!

Osho.

 

 

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